CONCLUSIÓN: NUESTRO ROL



Podemos concluir que como nutricionistas debemos educar a la población, en especial a aquellos en contacto directo con los alimentos lo cual puede ser en dos niveles diferentes:


  • A nivel del hogar: El nutricionista puede informar a las personas, especialmente las encargadas de cocinar en el hogar, sobre las correctas temperaturas de cocción y almacenamiento de los alimentos, además de educar en cuanto a contaminación cruzada, entre otros.

  • A nivel masivo: Es clave educar a todos aquellos trabajadores que están en contacto con los alimentos sobre las correctas conductas de higiene, tanto personal como de los utensilios que se usan para preparar los alimentos. El nutricionista posee los conocimientos microbiológicos y de higiene de alimentos para poder capacitar a las personas sobre todas las prácticas adecuadas para evitar todo tipo de riesgo.


Así se previene la aparición de un brote de alguna Enfermedad Transmitida por Alimentos (ETA). La finalidad es resguardar y proteger a la población para que conserve su salud. 


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